Lucas Krauel, especialista pediátrico del Hospital Sant Joan de Déu en Barcelona, utiliza las maquetas en 3D para ensayar las operaciones de cáncer en los niños.
La medicina moderna se encuentra en constante evolución, y la tecnología juega un papel crucial en la mejora de los tratamientos médicos. Un ejemplo inspirador de esto se está desarrollando en el Hospital Sant Joan de Déu en Barcelona, donde el cirujano pediátrico Lucas Krauel está utilizando la impresión 3D para marcar la diferencia en la lucha contra el cáncer infantil.
Una Batalla Contra el Neuroblastoma
Lucas Krauel se enfrenta a uno de los desafíos médicos más complejos: el neuroblastoma, un tipo de tumor que se desarrolla en niños y que es conocido por su agresividad. Este tumor se forma en el tejido nervioso y es el tercero más común en la población infantil. Las operaciones para tratar el neuroblastoma son particularmente difíciles debido a que el tumor tiende a rodear vasos sanguíneos y arterias vitales. En casos en los que el tumor no puede ser completamente extirpado, la tasa de supervivencia disminuye significativamente.
La Revolución de la Impresión 3D
La solución a este problema complejo llegó de la mano de la tecnología de impresión 3D. Krauel colaboró con un grupo de ingenieros de la Universidad Politécnica de Cataluña que le propusieron la idea de utilizar impresoras 3D para crear réplicas precisas de los tumores que debían ser extirpados. Esta innovación permitió a los cirujanos realizar ensayos previos a las operaciones reales, adquirir experiencia y encontrar la estrategia más efectiva para abordar el tumor. El resultado fue una reducción significativa en el tiempo de intervención, mayor seguridad para los pacientes y una disminución en las complicaciones postoperatorias. Según Krauel, la preparación meticulosa antes de una cirugía es fundamental para el éxito.
Un Éxito Inicial Notable
El primer caso de éxito de Krauel utilizando esta tecnología fue el de un niño llamado Marc, quien había luchado contra un neuroblastoma abdominal durante cuatro años. Dos intentos previos de cirugía habían fracasado debido a la complejidad de la operación. La clave para abordar este caso fue la creación de una reconstrucción digital en 3D del tumor, las arterias afectadas y los órganos circundantes utilizando datos de una TAC y una resonancia. Esta maqueta se imprimió en dos materiales: plástico duro para las partes inaccesibles (los vasos sanguíneos, los riñones y la columna vertebral) y resina blanda para el tumor en sí.
Los cirujanos tuvieron la oportunidad de practicar y prepararse durante diez días antes de la operación. En casos donde el tumor está peligrosamente cerca de órganos vitales, la silicona de la réplica en 3D permitió ensayar movimientos precisos para abordar el tumor de manera segura. En palabras de Krauel, “Tenemos que quitar más del 90% del tumor para lograr un cambio real en la esperanza de vida del niño”. Casi tres años después de esta cirugía pionera, el niño Marc lleva una vida normal y, en palabras de Krauel, está “curado”.
Diferencia Notable
Después de experimentar tanto con como sin maquetas en 3D, Krauel resalta la diferencia significativa que hace la tecnología en su trabajo. Aunque un cirujano experimentado puede no notar una diferencia apreciable, las maquetas en 3D ofrecen una seguridad adicional. Krauel admite que en casos particularmente complejos, donde la ansiedad es alta, la tecnología de impresión 3D le permite decir con confianza: “Sé lo que me voy a encontrar”.
Desafíos Actuales
A pesar de los avances notables, existen desafíos importantes. La impresión de cada prototipo en 3D tiene un costo de 3.000 euros, lo que limita la cantidad de ensayos que pueden realizarse. Lucas Krauel y su equipo están investigando formas de reducir este costo, apuntando a un objetivo de 300 euros por impresión. Sin embargo, el costo actual se debe en parte a la naturaleza rudimentaria de los materiales utilizados. Además, el proceso de revisar todas las imágenes que componen la reconstrucción digital en 3D todavía requiere tiempo y esfuerzo de cirujanos y técnicos, lo que puede llevar hasta una semana, aunque la impresión en sí se completa en 48 horas.
Conclusiones
El uso de la impresión 3D en la cirugía pediátrica ha demostrado ser un avance revolucionario en la lucha contra el cáncer infantil. Lucas Krauel y su equipo están liderando el camino en esta innovación, ofreciendo esperanza a los niños afectados por el neuroblastoma y otros tipos de tumores complejos. A medida que la tecnología continúa mejorando y los costos disminuyen, es probable que esta técnica tenga un impacto aún mayor en el futuro de la medicina pediátrica en España y en todo el mundo.