Impresoras 3D en el espacio para imprimir órganos humanos

La microgravedad de la Estación Espacial Internacional favorece la impresión en 3D de corazones humanos, dice la NASA

La impresión en 3D de órganos humanos es una de las grandes esperanzas para acabar con las largas listas de espera de pacientes que necesitan algún trasplante.

Una ventaja esencial de la impresión 3D de órganos es que abre la posibilidad a fabricar tejido formado por las células del paciente, lo que incrementa significativamente las posibilidades de éxito de un trasplante al reducirse el riesgo de rechazo.

Actualmente ya se han hecho algunas pruebas para imprimir órganos humanos utilizando impresoras 3D y compuestos biológicos a modo de “tinta”, como piel y córneas humanas.

El problema con órganos más complejos como el corazón, es que no hay una manera efectiva de sostener la estructura mientras se deposita la ‘biotinta’ que contiene células humanas, y el órgano se acaba aplastando bajo su propio peso.

Por este motivo algunos investigadores creen que el entorno de microgravedad que existe en la Estación Espacial Internacional (EEI), que se encuentra en una constante caída libre hacia la Tierra, favorecería la impresión de órganos, según BBC News.

Esta teoría es la que quiere poner a prueba una startup llamada Techshot, participada por la NASA y que planea enviar una bioimpresora 3D (una impresora 3D que imprime material biológico en lugar de plástico o resina) a la EEI.

De este modo, al imprimirse en microgravedad, el órgano no se aplasta por su propio peso durante la impresión, ni tampoco es necesario utilizar complejos “soportes” para sostenerlo durante el proceso de impresión. Una de las primeras pruebas consistiría en la impresión de tejido cardiaco que puede emplearse en cirugía.

Después, en función de los resultados, la impresora (denominada Bio Fabrication Facility, BFF) volvería de vuelta a la Tierra para hacer las modificaciones que sean necesarias con el fin de mejorarla basándose en lo que se ha aprendido durante la fase de prueba; luego se enviaría de vuelta con el objetivo de fabricar estructuras orgánicas cada vez más complejos.